lunes, 15 de octubre de 2012

La caoba

Elegante y tímido
Brillante y hermoso
Coquetea la brisa del atardecer
Que refresca las diminutas hojas
Mientras las abejas embriagan
La miel de los frutos de las uvillas.


Me pregunto:

¿Qué haría si tuviera pies y no raíces?
Si tuviera manos y no ramas

Él,
Siempre sonriente y educado
Saluda a cada transeúnte.
Condenado a permanecer quieto
Vigila sin sueldo alguno la casa
Cuidando la salud de sus amantes
Y de los desamados.
 
Patean el tronco sin recelo,
Las raíces ornamentadas gimen
Deslizando lágrimas imperceptibles
Los músculos se contonean
Esquivando el filo de los machetes,
Cada herida se renueva al amanecer.

Me cuenta sus aventuras indecentes
Su temor a las enfermedades mortales
El golpe casual del hombre con una motosierra.

Nadie conoce su futuro
Tampoco los árboles frondosos
Pese a su experiencia
Del ayer y de sus años venideros.
(Isabel Ananco)

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